Obediencia a la voluntad de Dios
Hector Ramos — 1 agosto del 2019
— Obediencia—
La práctica de estas virtudes nos lleva a una obediencia amorosa a Dios.
65. La Virtud de la obediencia se perfecciona en el Sagrado Corazón—Diario de una MDC.
La obediencia es el fruto de la confianza, de la entrega y del amor puro. La obediencia es la virtud que se perfecciona en Mi Sagrado Corazón. Yo hice solo la voluntad de Mi Padre, porque Yo vivo en Él y Él en Mí. En nuestra unión, siendo UNO, Yo nunca podría actuar fuera de Él. Esto es amor. Este amor puro te mueve a ser obediente a la voluntad del Padre. Por lo tanto, un signo de amor genuino en el corazón de la Trinidad es la obediencia perfecta a Mi Santa Voluntad (16/1/14).
Hebreos 5,8-9
Aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de Sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este modo, Él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.
66. La Obediencia es el fruto de la transformación Interior—Diario de una MDC.
La virtud de la obediencia es fruto de una gran transformación interior pues requiere que veas con los ojos de tu alma y escuches la voz de tu Dios que te guía. Es la virtud que crece de la humildad y la pureza de corazón. Requiere mucho abandono de tu voluntad. Requiere que tu alma «crea» en la forma que te he enseñado.
La obediencia es el fruto de la confianza. La obediencia es el fruto del amor. Es por eso que Soy perfectamente obediente a la voluntad de Mi Padre. Cada respiro Mío aquí en la tierra estaba en perfecta armonía y obediencia con el Padre, porque vivo en perfecta unión con el Padre y el Espíritu Santo.
Crecer en obediencia es crecer en una profunda atención a los movimientos y mociones del Espíritu Santo en tu alma. Es por eso que te he enseñado tanto sobre el silencio. La perfecta obediencia a Mi voluntad es tu respuesta de amor a Mí. La pobreza engendra castidad y la castidad produce obediencia, que es la esencia del amor (14/12/11). Camino p203-204.