Esta enseñanza es una reflexión sobre el mensaje del Señor que aparece abajo.
Resumen:
La Sangre de Cristo es el don de Sí mismo y contiene el poder de Su amor. Salva, restaura, sana, da nueva vida, y está presente en cada Misa, pero no se ha recibido. Ha sido pisoteada. El mundo ofrece a Satanás más sangre inocente pero nosotros estamos llamados a unir esa sangre de mártires con la de Jesús, ser Uno con nuestro Esposo y derramar lágrimas de amor puro con Él. Esta ofrenda tiene el poder de echar fuera al demonio y propiciar un nuevo Pentedostés para la salvación del mundo.
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Mensaje del Señor:
Tú eres Mi amada esposa de Mi Preciosísima Sangre.
Es Mi Sangre la que refresca al alma y da vida nueva en el Espíritu. Pequeña Mía, Mi Sangre derramada por la humanidad ha sido pisoteada. No se ha recibido como Mi regalo de darme a mí mismo a la humanidad. En cada Misa, Mi Sangre está presente para vosotros, para que la recibáis en vuestros propios corazones. Esta Sangre es el poder de Mi amor por vosotros). Esta Sangre es sagrada, porque es la Sangre del Cordero de Dios que voluntariamente dio Su vida por vosotros para que podáis ser libres. Sin embargo, Mi Sangre no ha sido recibida. Tus lágrimas se hacen una con Mis lágrimas y las de María, porque la ira de Dios está sobre la tierra. Mi Sangre salva, restaura, sana y da vida nueva. Sin embargo, el mundo ha elegido dar a su buen Dios la sangre de los más inocentes, Mis pequeños en el vientre de sus madres, y la sangre de los inocentes sacrificados en las calles del mundo. Esta es la sangre de Satanás, la sangre del mal. Has sido elegida por el Padre para llevar a Dios la sangre de Mis mártires de amor; la sangre derramada con lágrimas de amor puro que se une a la Mía. Esta sangre oculta al mundo tiene el poder de echar fuera el mal y marcar el comienzo del reino de la paz. Continúa uniendo a estos mártires puros de Mi Divino Amor para salvar al mundo de la destrucción total. –18/10/2020