Cristo atado de manos Lourdes Pinto. 4 agosto, 2018 Cristo viene como Esposo, pero atado y rechazado. Dice que nos necesita para llevar su misericordia a todos.
Mis queridas Hermanas: El sábado, en nuestro cenáculo de las MDC, el Señor quiso venir como Jesús atado de manos y sentenciado a muerte. Esta estatua la trajo Zilkia al cenáculo, es de los Trinitarios y peregrina para orar por los Cristianos perseguidos. Al contemplar la imagen, recuerden las palabras de nuestra Santísima Madre a las MDC sobre nuestro vestido místico esponsal: Llevas una cuerda alrededor de la cintura. Esto representa la cuerda que ató las manos de Jesús durante Su juicio. Lo desatas con tu amor y la cuerda con que ahora te ciñes representa tu unión con Él en Su agonía y crucifixión. Por Él, con Él y en Él ayudarás a desatar a muchas almas, especialmente sacerdotes, de la esclavitud del pecado.
A continuación se encuentran las palabras que Jesús puso en mi corazón durante la Adoración para las MDC:
Las necesito. Necesito que cada una de ustedes lleve Mi ternura en misericordia al mundo. Es el amor, manifestado a través de la ternura de Dios, lo que tiene el poder de tocar los corazones endurecidos de muchas almas. Pequeñas mías, aprendan de María, la Madre de Dios y Madre de ustedes. Su ternura se manifiesta en su silencio al irradiar de su mirada el amor y la misericordia de Dios. Su mirada es la mirada de Dios y Su mirada tiene el poder de penetrar la oscuridad de Satanás. Dios Padre desea que cada una de ustedes se convierta en la mirada de María sobre la tierra. ¿Cómo entonces, Señor mío, nos convertimos en la mirada de María? Aprendiendo a vivir Mi ternura por medio del silencio. Pequeñas mías, los ojos son la ventana del corazón y soy Yo quien habita en sus corazones. Han de creer que por sus fiats como Mis almas víctimas, he hecho de sus corazones Mi morada. Permitan que Mi amor misericordioso irradie por medio de sus miradas a través del poder del silencio. El poder de Dios irradiaba por medio de María a través del poder de Su silencio. Recuerda lo que te enseñé acerca del silencio.
PERMANEZCAMOS en SILENCIO mirando al Corazón de Jesús mientras que, con Él, participamos de Su clamor silencioso por las almas,