Una Llamada Urgente del Cielo a Todos los Hombres y Mujeres de Dios
- Lourdes Pinto
- hace 4 horas
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Si solo hay algo que te lleves de la abundancia de bendiciones que el Señor ha dado a la Iglesia a través de LC, es vivir este mensaje con todo tu corazón y ser. Esta reflexión es la culminación del camino que Dios nos ha dado para la formación de Sus pequeños en estos tiempos decisivos.
Una llamada urgente del cielo a todos los hombres y Mujeres de Dios
7/6/25
6/5/25 Garabandal
María me explicó que pocas almas han descubierto que su estatua permaneció colgada de un árbol porque ella desea atraer a las almas al «Árbol de la Vida» para contemplar a su Hijo clavado en el madero de la Cruz. Luego me explicó que primero nos llevó al milagro eucarístico para contemplar y adorar a su Hijo vivo en la Eucaristía. Después, hoy, nos llevó a venerar un pedazo de la madera de la Cruz de Jesús, y ahora venimos a ella en Garabandal. Dijo que no desea que permanezcamos mañana mirando su estatua, sino en oración y adoración ante Jesús, vivo en la Eucaristía.
Jesús dijo que, cuando mañana comience el cónclave, la Iglesia comenzará su pasión. Será despedazada (sentí que fieras devoraban y despedazaban el Cuerpo de Cristo). Al mismo tiempo que la Iglesia vive su pasión, sucederán muchas cosas en el mundo. Comenzarán nuevas guerras y, durante este tiempo de agitación, aparecerá la señal en el cielo. Jesús crucificado será visto por todas las personas del mundo. Todos tendrán la oportunidad de arrepentirse y creer. Él dijo que muchos experimentarán la conversión, pero muchos no. Después de esta gran señal, comenzará la persecución. El Señor me dijo: «Prepárate para dar tu vida por Mí».
«Árbol de la Vida»
3 /11/17
En el Santo Sepulcro, ante el altar y los mosaicos de las Estaciones de la Cruz Xa y XIa, Jesús es despojado de Sus vestiduras y clavado en la Cruz:
Palabras de María como Madre Dolorosa (de luto): Es tiempo de luto, luto por Jerusalén y por el mundo entero. Mi Hijo no ha sido contemplado colgado del madero de la Cruz; Su mirada de amor ha sido ignorada; Su clamor por Jerusalén ha sido ignorado. La sangre de los mártires se une a la Sangre del Cordero de Dios y clama a Abba, Padre, justicia. Pronto, y muy pronto, todos los ojos se verán obligados a contemplar al Cordero de Dios crucificado por amor a la humanidad, y tendrán que elegir entre creer o dar la espalda. Deseo que las Madres y los Misioneros de la Cruz se unan a mi duelo mediante oraciones y sacrificios, pues muchas almas se perderán en los fuegos de la Gehena. Permaneced conmigo y rezad el Viacrucis para que muchos corazones se abran, vean y se conviertan. Después de esta gran gracia de Dios vendrá la tribulación final. El granito de mostaza de Dios ha nacido sobre la tierra para preparar a las almas para estos tiempos decisivos. Orad también por mis pastores, porque sus corazones se han vuelto secos y quebradizos, incapaces de ver al Dios que les dio vida colgado del Árbol de la Vida. Orad, pequeños míos, orad, porque la justicia de Dios está sobre el mundo. Os bendigo con mis lágrimas de amor.
En el Nuevo Testamento, Jesús, crucificado en la madera del árbol, se convierte en el «árbol de la vida» porque Su sacrificio de amor en ese árbol conduce a la vida eterna para todos nosotros. El «árbol de la vida» se menciona en el primer libro de las Escrituras, el Génesis, y en el último, el Apocalipsis.
- Génesis 3, 24 - Echó al hombre, y a oriente del jardín de Edén colocó a los querubines y una espada llameante que brillaba, para cerrar el camino del árbol de la vida.
- Apocalipsis 2, 7 - El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.
- Apocalipsis 22, 2 - En medio de su plaza, a un lado y otro del río, hay un árbol de vida que da doce frutos, uno cada mes. Y las hojas del árbol sirven para la curación de las naciones.
- Apocalipsis 22, 14 - Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener acceso al árbol de la vida y entrar por las puertas en la ciudad.
- Apocalipsis 22, 18-19 - Yo declaro a todo el que oye las palabras proféticas de este libro: Si alguien añade algo a estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19Y si alguien quita algo de las palabras de este libro profético, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa.
Jesús es también el fruto del árbol (Ap. 22, 2), la Eucaristía, que nos nutre y nos da Su vida, y las hojas (22, 2, las hojas del árbol son para la curación de las naciones), Su Sangre, que nos sana, nos restaura, nos refresca, nos limpia y nos protege, preparándonos así para entrar en la «ciudad santa» (Ap. 22, 14,19), el cielo, para vivir en la luz, que es Dios y consumidos en Dios, en el Amor.
María, una con el Espíritu Santo, lleva a todas las almas a contemplar al Amor Crucificado, para que conozcamos al Hijo de Dios, Jesucristo, y, por medio de Él, al Padre. Jesús nos dice que, cuando sea levantado, atraerá a todos hacia sí (Jn 12, 32). El Nuevo Testamento revela el plan de salvación de Dios. Dios nos invita, mediante el poder y la obra de su Espíritu, no sólo a acercarnos a los pies del «árbol de la vida», sino a hacernos uno con el «árbol de la vida», Jesús crucificado. Sólo así podremos transformarnos en Dios Trinidad y participar, como Cuerpo de Cristo, en la redención del mundo. Esto es lo que significa ser un alma víctima. Nos hacemos uno con el «árbol de la vida», ayudando a traer nueva vida a muchos, mediante la participación en el sacrificio de amor de Jesús.
Es a través de Mi vida en la Eucaristía que Yo me hago Uno con vosotros, pero es sólo a través de vuestra participación en Mi vida eucarística que vosotros os hacéis Uno en Mí. Esta participación sólo puede tener lugar entrando en la Cruz de la nueva vida, Mi amor crucificado. 23/11/11
Sufrimiento
Apocalipsis 22, 14 dice: Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener acceso al árbol de la vida y entrar por las puertas en la ciudad. El lavado de nuestras vestiduras es el proceso de purificación que comienza con nuestro bautismo y se completa cuando nos convertimos en santos. El largo proceso de transformación interior de nuestro corazón y de nuestra mente es un camino que debe llevarnos a arrodillarnos a los pies del Árbol de la Vida para contemplar al Amor Crucificado. La obra del Espíritu Santo, si somos dóciles y no le ponemos resistencia, nos adentra en Cristo crucificado llevándonos a lo más profundo de nuestro corazón para llegar a encontrarnos con nuestra miseria y con Dios, que es Amor. La obra de nuestra purificación se realiza a través del SUFRIMIENTO.
El deseo y la voluntad del alma de sufrir todo siendo una Conmigo abre al alma para ser limpiada por la gracia. La perseverancia en sufrir todo Conmigo traerá eventualmente la transformación del alma en Mí en el abrazo del Padre. No hay otro camino al amor perfecto. 28/1/22
Así como todos los árboles necesitan ser podados para fortalecerse y dar más fruto, el sufrimiento es el medio que utiliza Dios para volver nuestra mirada hacia Él, aumentar nuestra fe, perfeccionarnos en la confianza y llevarnos a una profunda intimidad con Él, aumentando así nuestro amor por Cristo.
Contemplativos del sacrificio de Jesús e intercesores para salvar almas
12/5/25
El Santuario de Fátima, donde están las tumbas de Lucía, Jacinta y Francisco.
María dijo en la capilla de las apariciones donde su corona tiene la bala que recibió San Juan Pablo II:
Debéis haceros contemplativos del sacrificio de mi Hijo que sigue estando presente en la Eucaristía.
Orando ante el Santísimo Sacramento en la nueva iglesia de Fátima, Jesús dijo:
Yo, unido a Mi Madre, como la viste llorando por los pecados del mundo, Me revelo a ti, Esposa Mía de Mi Preciosísima Sangre (Contemplé primero a Jesús interiormente coronado de espinas y con lágrimas en los ojos antes de iniciar estas palabras).
María y Yo, presentes, vivos en la Eucaristía, lloramos por ti (humanidad). Mi comunidad de Amor Crucificado está llamada a llorar con nosotros, como un solo corazón con Mi Sagrado Corazón y el Corazón Inmaculado de María en reparación por los pecados de muchos. La hora de la justicia está muy próxima y muchas almas se perderán. Vosotros, Mis pequeñas víctimas de amor, como un solo corazón Conmigo, la Víctima de Amor pura y sin mancha, debéis interceder. Responded a este llamado que se os hace a lo largo de toda esta peregrinación para ayudar a salvar almas y establecer Mi Reino Eucarístico en la tierra unido al Reino del Inmaculado Corazón de Mi Madre. Vine a tu corazón llevando Mi corona de espinas para que tú y todo Mi granito de mostaza podáis participar en llevar Mi corona en vuestros corazones como Mi Madre se lo ha revelado a la Iglesia. Qué pocos, pequeña Mía, viven esta vida de tanta sencillez y de tanta fecundidad. Imitad a mis pequeños santos (Alejandrina, Francisco, Jacinta y Lucía), y vosotros (pl.) también os convertiréis en mis santos de los últimos tiempos.