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La Espada del sufriente – II: 
La Espada
Lourdes Pinto – octubre, 2011

La Espada de San Pablo
(Continúa de La Espada del sufriente –I🔗)

Papa Benedicto XVI,  (Audiencia General, 26 oct, 2011) 

Delante de la basílica de San Pedro hay dos grandes estatuas de san Pedro y san Pablo, fácilmente identificables: san Pedro tiene en la mano las llaves, san Pablo en cambio sostiene una espada. Quien no conoce la historia de este último podría pensar que se trata de un gran caudillo que guió grandes ejércitos y con la espada sometió pueblos y naciones, procurándose fama y riqueza con la sangre de los demás. En cambio, es exactamente lo contrario: la espada que tiene entre las manos es el instrumento con el que mataron a Pablo, con el que sufrió el martirio y derramó su propia sangre. Su batalla no fue la de la violencia, de la guerra, sino la del martirio por Cristo. Su única arma fue precisamente el anuncio de «Jesucristo, y este crucificado» (1 Co 2, 2). Su predicación no se basó en «persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu» (v. 4). Dedicó su vida a llevar el mensaje de reconciliación y de paz del Evangelio, gastando sus energías para hacerlo resonar hasta los confines de la tierra. Esta fue su fuerza: no buscó una vida tranquila, cómoda, alejada de las dificultades, de las contrariedades, sino que se gastó por el Evangelio, se entregó sin reservas, y así se convirtió en el gran mensajero de la paz y de la reconciliación de Cristo. La espada que san Pablo tiene en sus manos remite también al poder de la verdad, que a menudo puede herir, puede hacer mal. El Apóstol fue fiel a esta verdad hasta el final, fue su servidor, sufrió por ella, entregó su vida por ella. Esta misma lógica es válida también para nosotros, si queremos ser portadores del reino de paz anunciado por el profeta Zacarías y realizado por Cristo: debemos estar dispuestos a pagar en persona, a sufrir en primera persona la incomprensión, el rechazo, la persecución. No es la espada del conquistador la que construye la paz, sino la espada de quien sufre, de quien sabe donar la propia vida.

Comentario sobre la espada:
La espada de San Pablo es la espada por la que debemos vivir y morir.
–Es: –La proclamación de "Cristo y Cristo crucificado" (1 Cor 2,2)
        –El poder de la verdad, que hiere, nos hace sufrir.
        –Nos llama a tener la voluntad de pagar personalmente el precio.

Mensajes y enseñanzas de Amor Crucificado:

12/11/11

Cree que la espada de esta misión conquistará al dragón (El Espíritu Santo me trajo a la mente a David y Goliat)

David y Goliat: ¿Cómo podría ser que el pequeño que no podía ponerse la armadura de los poderosos guerreros derrotara al gigante? Los caminos de Dios nunca son los caminos del mundo. Llevaba la armadura de Dios y poseía el poder de Dios. Confió en Dios con la inocencia de un niño. Dios derrotó al enemigo a través de Su humilde instrumento para que toda la gloria sea dada a Dios, no al hombre. El enemigo será conquistado y todas las cosas se harán nuevas, pero nunca a la manera del mundo. Dios ha elegido dar la espada de la justicia a su pequeña semilla de mostaza. La espada de la misión es el poder de Dios que traspasará y conquistará al dragón. Deben permanecer pequeños, insignificantes e inocentes, bebiendo la leche pura de las palabras que les traigo (Cf. 1 Pedro 2).

 

Crean, Mis pequeños, crean que el Dios del cielo y de la tierra les ha elegido para la batalla decisiva. * Vivan con la inocencia de un niño la misión que les fue dada. Sean pequeños, puros y humildes, sean nada, y seré Yo quien haga lo imposible. Confíen con la inocencia de un niño. Crean en el poder de Mi Cruz y en el poder de Mi preciosa Sangre, porque solo a través del Triunfo de Mi Cruz se conquistará toda oscuridad. Vivan, amen y sufran como UNO conmigo y se convertirán en la espada que traspasará esta oscuridad.

1 Pedro 2,1-5 

1- Renuncien a toda malicia y todo engaño, a la hipocresía, a la envidia y toda clase de maledicencia.

2- Como niños recién nacidos, deseen la leche espiritual pura de la Palabra, que a través de ella puedan llegar a la salvación.

3- Ya que han gustado que el Señor es bueno.

4- Al acercarse a Él, la piedra viva, rechazada por los hombres pero elegida y preciosa a los ojos de Dios.

5- También ustedes, a manera de piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para ejercer un un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.

29/01/10

El mundo depende de espadas, misiles y armas para ganar batallas, pero esta batalla decisiva será ganada por la Cruz. Mis almas víctimas uniéndose a Mi amor crucificado liberarán al mundo de la esclavitud y la oscuridad de Satanás.

Persevera en Cristo en medio del sufrimiento, tráeme almas víctimas.

26/09/11

Las oraciones y sacrificios de Mi remanente santo de almas víctimas cubrirán la tierra como rocío celestial (cf. Miqueas 5, 7-9). La justicia de Dios vendrá sobre el mundo. La mayoría quedará atrapada en total consternación. Es Mi remanente santo de almas víctimas que vencerá a Satanás y a todos sus principados. Persevera en sufrir todo conmigo. Persevera como UNO con la Palabra de la Cruz, porque entonces y solo entonces, tienes el poder de Dios.

 

Sus vidas en Mi amor crucificado se convierten en la espada de la justicia. Tráeme muchas almas víctimas para la batalla que enfrentan. Mis pequeños, los necesito.

Sufrir conmigo es hacerse puro como Yo ...

Sufrir conmigo es comenzar a amar conmigo ...

Sufrir conmigo es convertirse en amor ...

Sufrir conmigo es entrar en la plenitud de la ALEGRÍA y la felicidad en la tierra ...

2/11/11

"Los estoy formando como Mis guerreros de amor"

La armadura que se ponen es para protegerles de ser vencidos y conquistados por el enemigo, pero vuestra espada es la que tiene el poder de traspasar al enemigo y conquistarlo. Vestirse de la armadura de la luz, revestirse de su Señor Jesucristo (Rom 13, 12;14) es convertirse en la Espada del Espíritu. Les he estado guiando por el pasaje de unión con vuestro Crucificado, unión con la Palabra de la Cruz. En esta unión que entran con vuestro Crucificado, comenzando al pie de la Cruz con María, sus vidas se convierten en la Espada del Espíritu. Estos son los guerreros que lucharán en la batalla decisiva y tendrán el poder de Dios para conquistar al dragón. Deseo que cada uno de ustedes se vuelva UNO con la Espada del Espíritu por medio de Mi Cruz.

Efesios 6,10-20

Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio. Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.

Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos, y también por mí, a fin de que encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio, del cual yo soy embajador en medio de mis cadenas. ¡Así podré hablar libremente de él, como debo hacerlo!

Romanos 13,12;14:

Vistámonos con la armadura de la luz...  revístanse del Señor Jesucristo.

Apocalipsis  21,5

«Yo hago nuevas todas las cosas»

Apocalipsis 21,9-11 

Luego se acercó uno de los siete Ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete últimas plagas, y me dijo: «Ven que te mostraré a la novia, a la esposa del Cordero». Me llevó en espíritu a una montaña de enorme altura, y me mostró la Ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios. La gloria de Dios estaba en ella y resplandecía como la más preciosa de las perlas, como una piedra de jaspe cristalino. (El jaspe es rojiza-marrón como la sangre)

Rev 21, 21

Las doce puertas eran doce perlas y cada puerta estaba hecha con una perla enteriza. La plaza de la Ciudad era de oro puro, transparente como el cristal.

Las vasijas puras irradian a Cristo

7/10/11

Así como un vaso transparente se llena con cualquier líquido y puedes ver claramente, a través del vidrio, el líquido que está dentro, ustedes están llamados a ser Mi recipiente claro y puro. Son elegidos para contener Mi preciosa Sangre. Mi sangre es Mi vida; Mi sangre es fuego curativo.

Por lo tanto, primero, Mi recipiente debe ser vaciado y purificado. Esto es lo que he estado realizando en ustedes a Mis pies y en Mi costado traspasado. Ahora, en Mi Sagrado Corazón, en el horno que es el fuego del Espíritu Santo, ustedes son formados en Mis cálices vivos. Mi fuego purifica todas las imperfecciones y manchas. Ustedes son de cristal puro pero, cuando están llenos de Mi preciosa Sangre, irradian al mundo la luz dorada del Espíritu Santo. Mi sangre siempre cura, restaura, refresca y trae nueva vida. Por lo tanto, la mirada de vuestros ojos irradiará amor puro. El toque de vuestras manos sanará y vuestras palabras derramarán la sabiduría, el conocimiento y la comprensión de Dios. Así es como se revisten de su Señor Jesucristo para que ser la luz del mundo. Mis pequeños, ayúdenme a Mí y a Mi Madre a formar muchas víctimas de amor irradiando el amor puro de la Trinidad.

Diario de Conchita.

La pureza en Dios es innata porque Dios es Pureza. Dios es un cristal sin mancha y nada menos que en esta transparencia divina (comprendo esto sin poder explicarlo) se ve reflejada la imagen de la Trinidad Santísima.

"Dios es luz... Dios es claridad... Dios es limpieza. La esencia de Dios es, repito la Pureza, porque la pureza es la esencia de la luz, de la claridad, de la limpieza. En donde hay pureza ahí esta el reflejo de Dios, es decir, la santidad. De este foco de eterna pureza, Dios, brota la luz, la claridad, la limpieza angélica; y no brota la pureza de la luz, sino la luz de la Pureza: por esto en las almas puras se encuentra la luz del Espíritu Santo". (Diario T. 8, p. 162-163, diciembre 19, 1896, citada por Philipon, Diario de una Madre de familia).

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